Recientemente estuve en Londres, y por supuesto, no podía dejar pasar la oportunidad de vivir la experiencia de ver uno de los musicales que siempre tienen en cartelera.
Como no me gustan las tragedias ni dramas, me decidí por ver The Book of Mormon, catalogado como un musical de comedia que se anunciaba como el más exitoso de estos nuevos tiempos.

Realmente mis expectativas no eran tan altas, me preocupaba no entender algunas cosas al tratarse de un espectáculo en inglés siendo mi lengua materna el español. Además, no sabía si iba a ser una obra tan ofensiva para algunos que hasta a mí me iba a terminar incomodando solo por pensar en los sentimientos de los ofendidos y si tenían razón o no (una de mis locuras).
Para mi sorpresa, fue un musical increíblemente divertido y todo el tiempo estuvo lleno de risas y momentos entretenidos. Los actores que hacían el papel de mormones (protagonistas y secundarios) fueron maravillosos en sus interpretaciones, tanto en sus solos como cuando estaban interactuando con los demás personajes.
El musical duró un poco menos de 2h45 minutos, con un intervalo rápido de 15 minutos en el que debes correr al baño porque hay mucha fila, pero como los ingleses son tan estructurados todo funciona en orden. Las personas cuya lengua materna no es el inglés (pero tienen un nivel medio/avanzado) no tienen que preocuparse de no entender, pues los actores articulan las palabras a la perfección y son fáciles de captar.
Se presenta todas las noches en el Prince of Wales Theatre, ubicado en Picadilly, cerca de dos paradas del tren que funcionan hasta un poco más de las 12 de la noche y de varios restaurantes y negocios estilo Times Square en New York. La comodidad de los asientos es media, el teatro es limpio y hay un bar en el que se pueden comprar tragos y socializar antes de que empiece, aunque no se puede esperar que ningún londinense te hable si eres un desconocido.
En cuanto al tema de la religión en el musical, aunque sé que hoy en día todos se ofenden por todo, la verdad es que no sentí ataques o críticas directas, sino que el humor es más de ironía, es como una risa por los comportamientos que puede tener cualquier humano sin importar su creencia o posición. Y creo que al final deja un mensaje con el que hasta los religiosos en general, incluyendo los mormones, podrían terminar sintiéndose… menos intranquilos.
Para ser mi primera vez experimentando un musical, !la verdad es que estuvo genial!

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